Desde
el principio de los tiempos los caballos han sido utilizados como herramientas
de trabajo con una alimentación basada en pastos, hierbas y dependiendo de su
suerte algunos cereales. Con el paso de
los años los caballos se han convertido no sólo en “animales de compañía” sino
que muchos de ellos en verdaderos atletas.
Esta
alimentación primitiva es la base de la dieta que se sigue utilizando para todo
tipo de caballos, aunque en el caso de los atletas también se administran piensos
compuestos que mejoran su rendimiento, puesto que la demanda física que
requieren se ha visto muy aumentada y una dieta natural basada en pastos no es
capaz de generar la suficiente energía.
Para
administrar una buena base alimenticia es fundamental incluir cereales y
derivados en las dietas de estos animales (Tanto de trabajo como de deporte).
Lo ideal sería contar con la ayuda de un nutricionista, especializado en dietas
de caballos de deporte; ya que son animales que se estresan fácilmente, no todos
se adaptan correctamente a los cambios bruscos y, por desgracia, sufren mucho a
nivel gastrointestinal.
Una de
las enfermedades que más tememos los jinetes y/o propietarios es la conocida
como Laminitis o Infosura. Es una enfermedad metabólica cuyo resultado final
puede ser la separación del casco de la extremidad. Los síntomas pueden variar
desde una ligera cojera, hasta la invalidez completa del animal.
El
organismo trata de adaptarse con mejor o peor fortuna a las secuelas de la
ruptura de la unión de las laminillas del pie con las del casco. Toda esta
unión se ve reemplazada por un tejido amorfo de naturaleza cicatricial que
proporciona cierta sujeción. Dependiendo de la gravedad de la infosura y de la
rotación del hueso tejuelo, el tejido cicatrizal puede suplir con bastante
éxito el engranaje de los cascos.
A mayor
grosor del tejido cicatricial, menor es la estabilización del casco. Por el
contrario, muchas infosuras con poca rotación y poco tejido cicatricial pasan
desapercibidas para la mayoría de propietario.
EL CASCO:
El
casco del caballo está formado por un tejido llamado queratina la
cual se produce constantemente y permite que el casco tenga cierta elasticidad
de expansión para soportar el peso del equino y repartir las fuerzas de
golpe en el mismo. Presenta dos estructuras, una lámina sensitiva y
una no sensitiva. En la sensitiva se encuentran gran cantidad de
nervios y vasos sanguíneos los cuales nutren al casco de sangre
aportando al mismo de nutrientes para su desarrollo y mecanismos de defensa en
casos de inflamación o de infección. En la no sensitiva encontramos una zona
totalmente diferente donde no hay inervación ni irrigación sanguínea, es la
zona donde se colocan las herraduras y los clavos sin dañar al casco, y que
sirven para protegerle.
Lo que
sucede cuando un caballo queda infosado es que las laminillas que proporcionan
sujeción al hueso tejuelo se dañan, perdiendo funcionalidad y por lo tanto
dejando “caer” esta tercera falange, lo que recibe el nombre de rotación del
hueso tejuelo.
El
casco está irrigado por la arteria digital, que penetra por la cara posterior
del casco, formando los diferentes plexos arterio venosos que irrigan los diferentes
tejidos especializados dentro del casco. Esta arteria emite prolongaciones
hacia el borde marginal de la tercera falange formando la arteria circunfleja;
es responsable de patologías causadas por malos aplomos, herraje inadecuado…
Las causas pueden
ser muy variadas, pueden darse infosuras por un exceso de comida, cólicos, sobreesfuerzos,
estrés e incluso por un mal herraje. Lo que ocurre por ejemplo, en un caso
extremo de infosura causada por un cólico es que en el propio intento de
recuperarse del organismo, las mucosas del intestino, afectadas por una
impactación o por una torsión liberan endotoxinas que viajan en sangre llegando
hasta estos vasos que irrigan las laminillas. Una vez allí estas toxinas quedan
en el casco necrosando los vasos y causando daños en su estructura.
No
todas las laminitis conllevan una rotación del hueso tejuelo. Pero sí pueden
causar mucho dolor, cojera y un aumento de la temperatura en las extremidades
afectadas.
Cuando sí existe rotación del hueso tejuelo, el eje podofalangeano se ve alterado:
En las siguientes imágenes os muestro un caso de laminitis, un artículo publicado por GABINO. Un profesional en el ámbito del herraje y la forja.
Tras varios herrajes correctivos el aspecto del casco es completamente distinto: