Tras publicar la importancia de las desparasitaciones, no podía faltar una guía sobre las enfermedades y las vacunas que están a la orden del día.
Lo primordial que debemos saber acerca de las vacunaciones y
sus pautas es saber de qué estamos vacunando a nuestro caballo.
Generalmente, las vacunas que se administran son las de las
enfermedades más corrientes y que de infectarse pueden ser muy perjudiciales e
incluso letales.
Las vacunas como todos sabemos no son una cura, sino un
medicamento que ayuda a prevenir enfermedades. En caballos lo más habitual es
vacunar contra la influenza (gripe) y contra el tétanos; aunque también es
aconsejable la vacunación frente a la Rinoneumonitis equina. Las vacunas que
necesita un animal dependen de las características del mismo y de la zona donde
viva.
Influenza: La
influenza o gripe está provocada por un virus (Orthomixovirus tipo A) , y
aunque no es una enfermedad tan grave como las que mencionaré a continuación
puede tener unas consecuencias graves. También es importante saber que es una
enfermedad extremadamente contagiosa, por ello es necesaria la vacunación.
El virus de influenza se multiplica en las células
epiteliales del tracto respiratorio superior e inferior, produciendo una
inflamación de las mucosas con descarga nasal y tos severa.
Tétanos: Es una
enfermedad causada por una toxina, que es producida por una bacteria anaeróbica
obligada, Clostridium tetani. La bacteria vive en el suelo, sobretodo en
aquellos ricos en materia orgánica. Este microorganismo forma esporas para
poder permanecer y sobrevivir en el medio ambiente. Es fácil que estas esporas
penetren en el organismo del caballo a través de una herida profunda y
contaminada. La toxina tetánica ataca a los nervios que controlan los músculos
del cuerpo. Esto provoca un progresivo deterioro con rigidez y espasmos
musculares. En casos avanzados el caballo caerá al suelo con espasmos,
convulsiones y muerte por insuficiencia respiratoria.
Lo más común es administrar
una vacuna que protege a la vez frente a la Influenza y al Tétanos en la misma
dosis, por ello se sigue la misma frecuencia de vacunas con estas dos
enfermedades.
Rinoneumonitis equina: Es una
enfermedad de origen vírico producida por dos tipos diferentes de herpesvirus:
EHV-1 y EHV-4. Mientras que el 1 produce problemas respiratorios, abortos,
mortalidad perinatal y mieloencefalopatías; el 4 está asociado a patologías
únicamente respiratorias.
A pesar de los programas de vacunación su
elevada incidencia, su rápido contagio y su amplia distribución hacen que esta
enfermedad suponga un riesgo alto para la salud de nuestros animales.
La entrada del virus es a
través de las vías respiratorias, debido a una inadecuada inmunidad de la
mucosa de esta zona.
El EHV-4 afecta a las vías
aéreas altas del tracto respiratorio y su replicación es únicamente en la
mucosa del epitelio y en el tejido linfoide de ésta zona. Sin embargo el EHV-1
puede propagarse, y puede llegar a invadir otros órganos; por lo tanto pueden
aparecer otras alteraciones como abortos y muerte neonatal…
PAUTAS DE VACUNACIÓN:
La pauta es vacunar de estas tres enferemedades cada 6
meses. Ya que si vacunamos de gripe cada 6 meses, se vacunará también de
tétanos puesto que van unidas en la misma dosis. De la enfermedad de
rinoneumonitis también se llevará esta pauta puesto que los resultados de
muchas observaciones indican que la inmunidad por las vacunas frente a EHV-1/4
no dura más que unos cuantos meses.
Cuando vacunemos a un caballo por primera vez deberemos
respetar las pautas de la primovacunación: Dos vacunas seguidas en un tiempo
entre 1 y 3 meses. Esto debe hacerse con caballos que hace más de un año que se
vacunó por última vez. De esta manera conseguiremos unos niveles adecuados de
anticuerpos. Después de la primo, se
llevará una pauta de 6 meses como he comentado antes.
Es importante recordar que los caballos que estén en
competición tienen por obligación tener
una correcta primovacunación y las vacunas correspondientes puestas y selladas
correctamente en el LIC.
Por último recordar la importancia de la relación que existe entre las desparasitaciones y la vacunación. Lo ideal es vacunar días después de haber
desparasitado, puesto que si eliminamos los parásitos la vacuna hará un mayor
efecto.